La boda de Estibaliz y Kurtis

Estibaliz y Kurtis se conocieron en Alicante, una noche de fiesta antes de que empezaran las Hogueras de San Juan cuando Kurtis estaba de vacaciones en España con un amigo. Tras pasar toda la noche juntos Kurtis le confesó a Estibaliz su flechazo y prometieron seguir en contacto. Tras conversaciones diarias por Internet y visitas cada vez más frecuentes Estibaliz decidió mudarse a Manchester, ciudad donde viven juntos desde hace seis años. 

Dos semanas antes de Navidad salieron a cenar juntos y al llegar a casa comenzaron a bailar y a cantar. Kurtis tiene un grupo de música (aquí os dejo el enlace del grupo) y les encanta el karaoke. Sin perder la ocasión le cantó “I can’t help falling in you” de Elvis Presley y seguidamente se arrodilló preguntándole “Would you marry me?” a lo que Estibaliz respondió “Sí quiero”. 

El vestido de novia fue obra de Rubén Hernandez. Estibaliz tenía claro que quería un vestido corte princesa, los demás detalles fueron surgiendo poco a poco. Se trata de un vestido con falda en otoman de seda con una preciosa cola larga y una parte de arriba en crepe de seda donde destaca el escote cuadrado en la espalda. Sobre el vestido llaman la atención los detalles de encaje en las mangas y en la cintura que le dan un toque vintage al vestido. Con el mismo encaje se elaboraron las peinetas que sujetaban el velo. Llevó unos pendientes pequeños de diamantes que le regaló Kurtis, a conjunto con el anillo de pedida. Los zapatos los compró en Inglaterra, en Laura Ashley. Para ser fiel a la tradición del “Algo nuevo, algo prestado, algo viejo y algo azul”, Estibaliz llevó una liga con una cinta azul regalo de sus amigas y en un pequeño bolsillo guardó una cadena que le prestó su madre y que metió en una pequeña caja antigua. 

De la peluquería se encargó Iván de la peluquería Saoga y del maquillaje Diego de la casa Mac. 

Tanto del ramo de la novia como del resto de decoración floral de encargó Chitina, que además de ser una gran profesional es amiga de la novia.

Kurtis llevó un traje de tres piezas Massimo Duti y una corbata de una firma inglesa. 


La ceremonia tuvo lugar el 30 de septiembre de 2016 en la basílica de Santa María de Alicante. Se trata de la construcción religiosa más antigua de Alicante y data del siglo XIV. Para Estibaliz siempre había sido la iglesia más bonita de la ciudad y Kurtis, cuando pasaban por allí, siempre le decía que algún día se casarían allí. 

El banquete fue en el restaurante La Ereta. Muchos invitados venían de fuera (ingleses, alemanes, franceses, italianos…) y querían impresionarles con unas vistas preciosas de la ciudad y no pudieron elegir mejor. Desde la basílica fueron andando hasta el restaurante pasando por uno de los barrios más típicos y pintorescos de Alicante: el barrio de Santa Cruz, donde aprovecharon para realizar el reportaje de fotos. Al llegar a La Ereta los invitados pudieron disfrutar de un bonito atardecer y después de unas vistas espectaculares del Castillo de Santa Bárbara iluminado de noche.  Los invitados dieron la bienvenida a los novios con bengalas. 

Las amigas de Estibaliz le regalaron una pulsera personalizada de Julia Vila Jewels con la palabra “amigas”. 

Los novios pidieron a todos los invitados que les indicaran una canción que querían que sonara en la boda. Las grabaron en un CD y en la lista de canciones escribieron que invitado había elegido cada canción. Esos CDs junto con una tarjeta de agradecimiento fueron el detalle que regalaron a los invitados. 

Como anécdota, al terminar la cena, Kurtis le cantó a Estibaliz la misma canción que le cantó en la pedida de mano con un ukelele que la propia Estibaliz le había regalado. 


Estibaliz no quiso entregar el ramo, decidió que era mucho más divertido lanzarlo y que el azar eligiera quien sería la siguiente en casarse. Y surgió efecto, pues la afortunada en coger el ramo será probablemente la próxima amiga en pasar por el altar. 

La canción del baile nupcial siempre la tuvieron clara: Strangers in the night de Frank Sinatra, pues les recordaba a la manera en la que se conocieron aquella noche. Después contrataron un Karaoke, que tanto les gusta a los novios, y fue todo un éxito. 

De las fotos se encargó Oscar Guillen, quien con su estilo y la naturalidad de sus fotos cautivó a los novios. 

Enhorabuena a Estibaliz y Kurtis por esta precisa boda. 

B. 

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